Mantenimiento de una piscina de agua salada: la guía definitiva

Las piscinas de sal atraen cada vez a más particulares gracias a su mantenimiento simplificado, su suavidad para la piel y la reducción de productos químicos. Contrariamente a la creencia popular, una piscina de agua salada no está exenta de mantenimiento: requiere gestos precisos para mantener el agua sana, un electrolizador eficiente y un buen equilibrio químico. En esta guía completa, descubrirás los pasos esenciales para mantener eficazmente tu piscina de sal, los equipos que debes priorizar, los ajustes que no debes descuidar y por qué un buen robot limpiador como el BEATBOT AquaSense 2 Pro puede marcar la diferencia en tu rutina. 

Entender el funcionamiento de una piscina de sal

Una piscina de sal no funciona con cloro clásico añadido manualmente, sino gracias a un electrolizador. Este dispositivo transforma la sal presente en el agua en cloro natural mediante un proceso electroquímico. El agua suele contener entre 4 y 5 gramos de sal por litro, una concentración muy inferior a la del mar, pero suficiente para una desinfección eficaz. Este sistema genera un cloro más suave, sin olor, menos irritante para los ojos y la piel, lo que lo hace muy apreciado en hogares con niños. Sin embargo, para que todo funcione a la perfección, es esencial controlar regularmente ciertos parámetros, como el nivel de sal, el pH o el nivel de cloro libre generado. Porque, aunque sea natural, la producción de cloro debe controlarse perfectamente para evitar cualquier desequilibrio.

Parámetros que deben controlarse regularmente

Para mantener el agua salada cristalina y saludable, hay que controlar tres parámetros cada semana: el nivel de sal, el pH y la producción de cloro. El nivel óptimo de sal está entre 4000 y 5000 ppm, según las recomendaciones del fabricante del electrolizador. Si es demasiado bajo, la célula no producirá más cloro; si es demasiado alto, podría dañar algunos equipos. El pH, por su parte, debe mantenerse estable entre 7,2 y 7,4, ya que un pH demasiado alto reduce la eficacia del cloro generado. Por último, debe medirse el nivel de cloro libre para asegurarse de que la desinfección es suficiente, especialmente en caso de calor intenso o después de un baño prolongado. Se recomienda encarecidamente utilizar un regulador de pH automático para mantener la estabilidad y evitar variaciones que fatiguen el electrolizador.

Limpiar regularmente el fondo, las paredes y la superficie

La sal no impide que las hojas, los insectos o el polvo invadan su estanque. La limpieza regular sigue siendo esencial para mantener una calidad de agua óptima. Cepillar las paredes y el fondo cada semana evita la formación de algas y depósitos. Para automatizar esta tarea, un robot inalámbrico como el BEATBOT AquaSense 2 Ultra es un aliado ideal. Garantiza una limpieza completa, incluso en revestimientos frágiles, y es compatible con el entorno salino. Además, un skimmer inteligente como el iSkim Ultra de BEATBOT permite capturar continuamente los residuos flotantes. Esta combinación reduce la carga en el filtro y mejora visiblemente la claridad del agua, actuando a todos los niveles.

Mantenimiento y limpieza del electrolizador

El electrolizador es el corazón del sistema de desinfección. Su célula, en contacto permanente con el agua salada, puede acumular cal o desgastarse prematuramente si no se mantiene correctamente. Se recomienda revisarla cada 4 a 6 semanas, especialmente en temporada alta. A veces es necesario limpiar con ácido diluido si se ha formado un depósito de cal. Algunos modelos tienen la función de «autolimpieza» por inversión de polaridad, lo que limita estas intervenciones. Compruebe también que la célula no presente corrosión avanzada ni daños visibles. Un buen mantenimiento prolonga la vida útil del electrolizador, reduce los costes de mantenimiento y garantiza una producción de cloro continua y estable. Este es un punto que a menudo se pasa por alto, pero que es esencial para la buena salud de su piscina.

Adaptar la filtración al agua salada

La filtración sigue siendo esencial, incluso con un sistema de tratamiento automático. Una buena circulación del agua permite distribuir el cloro generado y evitar zonas estancadas. Su bomba debe funcionar al menos de 8 a 12 horas al día en verano, dependiendo de la temperatura del agua (regla simple: duración de la filtración = temperatura/2). Recuerde limpiar regularmente los cestos de los skimmers y el prefiltro de la bomba. El filtro principal (de arena, de cartucho o de diatomeas) también debe mantenerse para que siga funcionando correctamente. El agua salada mal filtrada sigue siendo vulnerable a la proliferación de algas, especialmente cuando hace mucho calor. Por lo tanto, la agitación es un complemento indispensable del tratamiento por electrólisis, y no un elemento secundario. Para optimizar la claridad, un robot de limpieza como los de BEATBOT puede aliviar su filtro capturando parte de los residuos en su propio depósito integrado.

Los buenos gestos a adoptar durante todo el año

El mantenimiento de una piscina de agua salada requiere rigor, pero pronto se convierte en una rutina. Recuerde cubrir la piscina por la noche o durante una ausencia prolongada para limitar la evaporación del cloro y la suciedad. Compruebe la célula electrolítica al principio y al final de la temporada, adapte la duración de la filtración según el clima y controle los parámetros químicos al menos una vez por semana. Un buen robot de limpieza, combinado con un skimmer de alto rendimiento, permite mantener una piscina limpia sin tener que multiplicar las intervenciones manuales. En cuanto a la invernada, opte por una invernada pasiva (drenaje parcial y parada del electrolizador) o activa (filtración mantenida y célula protegida) según la región. El objetivo es simple: preservar la calidad del agua, proteger los equipos y reiniciar fácilmente en la temporada de verano.

Un mantenimiento fácil, para un placer prolongado

Con los gestos adecuados, una piscina de agua salada ofrece una comodidad de uso inigualable: menos olor, agua dulce y desinfección continua. Al elegir un electrolizador de alto rendimiento, mantener una filtración eficaz y automatizar la limpieza con robots como el AquaSense 2 Ultra, se limita la intervención humana al tiempo que se mejora la calidad del agua. El mantenimiento de una piscina de sal no es más complejo, simplemente es diferente. Requiere regularidad y un poco de tecnología, pero la recompensa en comodidad es inmediata. Al invertir en el equipo adecuado y adoptar una rutina adecuada, disfrutará de una piscina siempre lista, más saludable y más agradable... día tras día.
Publicado el 07/04/2025
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